• RSS

martes, 12 de octubre de 2010

Instintos


Poco espacio,

Poca paciencia,

Las ansias me enloquecen,

el olor en el ambiente aviva mi instinto,

Corrompe mi piel

Y enfría mi aliento,

Los tambores golpeteando mis oídos,

Dándole ritmo a mis ambiciones,

Dándole forma a mis deseos,

Obsequiándole un nombré a mi irá,

Solo me queda aguardar en la vaga noche

Inquieta y como bestia enjaulada,

Afilando las ansias,

Solo me queda esperar..

Transtornos


Observo la calidez de la noche por la rendija de mi ventana

un par de aves canturrean mi nombre vagamente en la amplia penumbra,

Percibo a la ilusa mariposa danzar en círculos en el jardín,

A el pequeño grillo que entona su dulce canción de cuna,

Y al dulce gato que desde un rincón lo asecha.

Distingo el afable olor a lluvia.

Presa por las paredes del hospital

Me descubro nuevamente en el dormitorio,

Donde solo se cuelan esos canturreos de las aves

Repiten mi nombre incesantemente,

Una y otra vez

Nunca me canso de ellos,

Al menos me hacen compañía

Y me recuerdan algo que la luna seguramente me obligo a olvidar.

Solo deseo ansiosa que la noche me abrase y me haga suya

para escuchar los murmullos de las aves,

Maldigo el silencio de la habitación en los crepúsculos

Dan paso a los gritos de aquellos que nunca fueron escuchados,

Se quejan, me reclaman, me buscan,

El tormento se convierte en el más sosegado de mis sentires

Y nuevamente me dispongo a esperar con ansias la noche,

a las aves que susurran mi nombre incesamente,

Me recuerdan que vivo,

Que no soy los delirios de un demente,

Que no solo soy los desvaríos de un ser trastornado.